Entre tantas malas noticias, me da mucha emoción poder darles una buena. Hace siete meses me diagnosticaron cáncer de páncreas con metástasis en el hígado y para evitar que la noticia se convirtiera en una sentencia de muerte, tuve que iniciar, a los 24 años, mi batalla contra el cáncer.
Hoy, tres meses y medio después de mi última cirugía, estoy LIBRE DE CÁNCER y aunque sigo recuperándome, SOY PARTE DEL 5% DE LOS SOBREVIVIENTES DEL CÁNCER DE PÁNCREAS.
La batalla por la vida cuesta mucho. Es una lucha física, emocional y económica muy dura. Sin embargo, el proceso está lleno de sorpresas agradables y recompensas gratificantes. Como adivinarán, esta historia tiene un final feliz y me siento sumamente agradecida de poder contárselas. Aquí va.
En la segunda parte de mi última batalla contra el cáncer les conté que tuve que regresar al hospital dos días después de haber sido dada "de alta" porque por alguna extraña razón, se había tapado mi drenaje y eso me había provocado una peligrosísima infección. Pero el Universo, obstinado con su decisión de curarme, volvió a poner en mi camino a los doctores que tomarían las decisiones correctas para salvarme.
UNA PELIGROSA INFECCIÓN
Con dolor y fiebre, entré a urgencias con mi mamá, mientras en la sala de espera mi papá, mi novio, mi hermana, su novio, mi prima Xime, mi tía Diana, mi abuelo Alejandro y la Nena me esperaban nerviosos.
Me tomaron muestras de sangre y me llevaron a hacerme una tomografía. Entre dos camilleros me pasaron a la tabla de la máquina y, a pesar de que lo hicieron con mucho cuidado, se me fue el aire y me dolió como si tuviera una costilla rota. Cerré los ojos y seguí las instrucciones de la voz que salía por la máquina.
Después de la tomografía, me subieron al cuarto 205 y así fue como, el 26 de junio, reingresé al ABC y debido a que los resultados de la tomografía y las muestras de sangre no salieron nada bien, pasé las siguientes dos semanas en el hospital.
Los doctores lograron controlar mi dolor y al día siguiente, me hicieron una punción (me picaron con una aguja grande) en el hueco donde había estado el 50% de mi hígado derecho para retirar la sangre intoxicada y me pusieron un drenaje extra.
Aunque no lo parezca, a veces sí tengo suerte. Para tratar la infección conté con la ayuda de Paco Moreno (mi tío y doctor) y todo su equipo de excelentes doctores. Gracias a ellos, cuando escuchaba las frases:
"Tienes una infección, pero ya estamos tratándola";
"Los antibióticos que te dimos desde el primer día están funcionando muy bien";
o "Tus leucocitos siguen bajando"
... mi cabeza traducía: "Equis, no te vas a morir de una infección".
Y debo aceptar (porque si no lo hago alguien me echará de cabeza) que los cuatro días posteriores NO ME BAÑÉ y mis familiares me apodaron "la apestosa del piso 2". No obstante, usaré en mi defensa el hecho de que todos los que estamos aquí, por lo menos alguna vez, por una infección o una "simple" gripa, no nos hemos bañado (es cierto y miente quien lo niegue. Jaja). Además, mis amigas enfermeras luego me dijeron que no era la única del piso 2 y que, de hecho, éramos varios los pacientes que no nos queríamos bañar.
[1 de julio]: "¿Quieres que te asuste? Jaja. Ya estoy bien, pero Paco nos acaba de decir a Pao y a mí que cuando ingresé tenía (se me olvidó el nombre de esas cosas... le pondremos "X")... que las "X" lo máááximo que puedes tener es 1 (ahorita estoy en -0.5) y que si tienes de 2 a 4 estás en riesgo de muerte... e imagínate con cuántos entré el lunes... ¡24! :O Paco estaba preocupadísimo y sólo le dijo a Lucy (mamá)".
Ese fue el mensaje que le envié a Alfredo, mi novio, cuando Paco me contó lo grave que había estado la infección que, sin saberlo, pudo haberme matado.
Debido a la gravedad del indicador "X" (lo siento, todavía no recuerdo su nombre) y a que mis leucocitos (glóbulos blancos) habían estado en 32,000 (cuando los valores normales varían entre 3,500 y 11,000/ml), Paco estuvo muy preocupado mientras trataba de esquivar las miradas y preguntas inquisitivas de nuestra familia con su típica cara de "estoy tratando de ocultar mi preocupación". Para su tranquilidad, mi cuerpo respondió bien a los antibióticos y pronto estuve fuera de peligro.
PERO HUBO MÁS COMPLICACIONES...
Además de la infección, se abrió un hoyito en donde habían cortado mi hígado y LA BILIS EMPEZÓ A FUGARSE. Esto no era taaan grave porque tenía dos drenajes que la estaban sacando. Sin embargo, si no se hacía nada, la fuga tardaría mucho tiempo en cerrarse.
Hasta que la infección estuvo bajo control, la doctora Ángela Seúl (una excelente endoscopista) me hizo un procedimiento que se llama Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica (CPRE) con el que encontró el lugar de la fuga y me puso una endoprótesis en el hígado para ayudar a cerrarla.
A pesar de que la CPRE es un procedimiento menor, no está exento de complicaciones y, al parecer, no me salvaría de ni una de las complicaciones.
El procedimiento que estaba calculado para durar aproximadamente una hora, se realizó en tres. Debido a que mis arterias están medio chuecas y muy delgadas, las prótesis que intentaban ponerme no me quedaban. No obstante, Ángela encontró en pediatría la prótesis correcta y después, me despertaron.
En cuanto abrí los ojos, sentí muchísimo dolor y comencé a llorar. Me dio PANCREATITIS (se me inflamó el páncreas) y pasé una pésima noche. Por esta razón, los siguientes dos días no pude comer ni tomar nada. ¡Cuánto me arrepentí de haber despreciado el pollo que me habían traído un día antes! Y, ¡cuánto antojo tenía de una leche Hershey's de chocolate!
Como tenía mucha hambre, me la pasaba intentando convencer a quien fuera de que me diera algo de contrabando. Nadie cedía. Pero como Chan es un doctor barco... al tercer día, me dejó tomarme un Hershey's.
DÍA DE SPA
Si tuviera que elegir un día "favorito" de mi tercera estancia en el hospital, probablemente diría que fue cuando, mis tres mejores amigas, me sorprendieron con un día de spa y adornaron mi cuarto de hospital.
Me acuerdo que ese día estaba especialmente apachurrada, había dormido casi todo el día y seguía dormida cuando Lucy, Mari y Dany llegaron con dibujos, quotes, una cámara instantánea y un cordón para colgar las fotos que se tomaran. Además, traían el kit completo para hacer de mi cuarto de hospital un SPA.
Me acompañaron a caminar, me contaron chismes y a través de la pedicura, manicura, mascarillas, masajes y pintado de uñas, lograron subirme el ánimo.
Días después de mi delicioso día de spa, Paco me llevó un regalo increíble. Cuando estuve en terapia intensiva, la hija de una de sus pacientes se enteró que una de sus sobrinas estaba internada y, sin saber quién era yo, me armó un kit de recetas y alimentos adecuados para pacientes con padecimientos del páncreas.
... Y yo cada día estoy más convencida de que LA VIDA TIENE MANERAS EXTRAÑAS DE PONER EN NUESTRO CAMINO A PERSONAS EXTRAORDINARIAS.
La nota del regalo la firmaba Shelly V. ¿Shelly V.? Se me hacía conocido el nombre. Por supuesto quise mandarle un mensaje para agradecerle, pero cuando agregué su número de teléfono, pasó una cosa muy chistosa.
Resulta que ya tenía registrado el número de Shelly V. ¡Conocía a Shelly de la universidad! Ambas estudiamos Comunicación en la Anáhuac y, aunque sólo compartimos un par de clases el último semestre, nos hicimos muy buenas compañeras.
Le escribí y las dos coincidimos en que era una extraña y divertida coincidencia. Y aunque una total desconocida me hubiera enviado el regalo, me habría conmovido igual; sin embargo, que fuera una conocida quien lo envió sin tener idea de que era a mí a quien se lo regalaba, lo hizo mucho más especial... y ahora tenemos pendiente un café.
Un día antes de ser dada de alta mi antebrazo izquierdo ya estaba hinchado, me dolía y el líquido se me estaba saliendo, pero como me quedaba sólo una noche en el hospital, me negué rotundamente a que me cambiaran el catéter porque no planeaba soportar ni un pinchazo más. Así que esa última noche tuve que caminar por los pasillos vacíos del hospital con el brazo en posición de saludo a la bandera.
A la mañana siguiente, me quitaron el catéter y sentí un alivio instantáneo.
¡LO LOGRAMOS! ¡VENCIMOS A FRANTZ!
El 8 de julio, después de muchos dolores, frustración, risas y chismes, me dieron de alta y EL MARCADOR FINAL CONTRA EL TUMOR DE FRANTZ QUEDÓ ASÍ:
*Perdí: 66% del páncreas, el bazo, la vesícula, 50% del hígado y 6 kilos (las cirugías de páncreas e hígado son un buen método para perder peso... aunque poco recomendables).
*Necesité: 3 operaciones grandes,1 ultrasonido, 5 tomografías, 1 PET, 3 endoscopías, terapia física, muchas radiografías e incontables muestras de sangre.
*Tengo: Una enorme cicatriz en el abdomen y a veces siento sus cuchilladas.
*Gané: Salud, tiempo, un cachorro y un spinner (que le robé a Pedro (mi cuñado)).
MARCADOR FINAL: Majo - 1 | Cáncer - 0
Foto de la cicatriz dos meses después de la última cirugía.
Gracias por dejármela bonita, Chan.
A pesar de que he tenido un par de sustitos más, estoy recuperándome y empezando a sentirme cada vez mejor, mejor y mejor.
ESTOY LIBRE DE CÁNCER DE PÁNCREAS, pero la batalla continúa. Todavía tengo que luchar contra los miedos que Frantz olvidó llevarse y pasar 5 años en "remisión" hasta que mi ex-cáncer cumpla su palabra y nunca más regrese para que se me considere TOTALMENTE CURADA.
La espera será larga y a veces me sentiré ansiosa (lo sé porque desde ahora me preocupa que mis resultados salgan "limpios" en el PET que me harán a finales de este año o principios del próximo). Sin embargo, lo haré lo mejor que pueda porque realmente lo único que puedo hacer es disfrutar de la vida que con tanto esfuerzo me gané.
***
Una vez más, GRACIAS A TODOS. Gracias a mi familia, novio, amigos, equipo médico y a ti, que me lees y mandas buena vibra, por ayudarme a regresar a la sanación total. No habría podido lograrlo sin ustedes. Son increíbles y espero que la vida les regrese con creces todo el amor que me dieron a mí.
Estoy decidida a ser feliz, a vivir en el presente y cumplir mis sueños. Tengo mucha ilusión y con mucho orgullo por fin puedo decir:
ADIÓS FRANTZ. ADIÓS.
Majo.
Pd. Siéntete con la libertad de compartir o contactarme en cualquier momento.
Pd2. No te olvides de seguirme en redes sociales como @goodbyefrantz.
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